El Cubo del Revellín y la Puerta del Camino, decorada con el escudo de Carlos V y escudos de la ciudad, son los únicos vestigios de las murallas que fortificaron la ciudad de Logroño y cuyo derribo comenzó en 1861.
El Cubo del Revellín fue construido entre los años 1522 y 1524 bajo la dirección del Maestro Lope de Insturizaga Fue financiado mediante la exención de determinados impuestos por el emperador Carlos V a la ciudad de Logroño, recompensando así la resistencia ofrecida por los ciudadanos ante el asalto del ejército franconavarro en 1521.
Su tipología es la de un cubo artillero, articulado alrededor de una triple plataforma formada por la combinación de un adarve y dos galerías de tiro con troneras, la superior sin techumbre permanente y la inferior bajo bóveda plana, destinadas ambas a hostigar a los asaltantes del foso.
Sus instalaciones se complementaban con la adyacente Casa de la Artillería, el edificio donde se almacenaban municiones y pertrechos militares de toda índole.
El Cubo y su entorno constituyen sin ninguna duda los sectores mejor conservados de las murallas del Logroño del siglo XVI. Por su cronología y sus características, el Cubo entra de lleno en lo que se denomina Fortificación de Transición, es decir, la fase que media entre los modos arquitectónicos medievales y las construcciones a la moderna, adaptadas ya a los escenarios de la guerra con armas de fuego y artillería pesada.
C/ Once de Junio, 6. 26001 Logroño.
Entrada gratuita.
Miércoles: 10:00 a 13:00 h.
Jueves y viernes: 10.00 a 13:00 h. / 17:00 a 20:00 h.
Sábado: 11:00 a 14:00 h. / 17:00 a 20:00 h.
Domingo: 11:00 a 14:00 h.
Información y reservas. En la oficina de Turismo de Logroño-La Rioja, en C/ Portales 50. Tel. 941 29 12 60