La proclamación de la Semana Mayor de la capital de La Rioja como Fiesta de Interés Turístico Nacional no es casual. Te contamos todo lo que necesitas saber sobre esta apasionante celebración.
El imaginario colectivo suele vincular las grandes procesiones de Semana Santa con el sur de España. De las veintiséis que tienen el honor de ser consideradas Fiestas de Interés Turístico Nacional, la mayoría se encuentran, efectivamente, en la mitad meridional de la península.
Especialmente conocidas son las de Sevilla, Badajoz, Albacete o Cabra. Logroño, sin embargo, no se queda atrás y, desde 2015 su Semana Mayor consta en el listado de celebraciones que no solo merecen ser conocidas, sino vividas en primera persona.
Con dieciséis procesiones, veinte pasos, once cofradías y más de tres mil cofrades, la de la capital de la Rioja es una de las Semanas Santas más impresionantes de nuestro país. Su historia se remonta a 1537, año de la fundación de la ya desaparecida cofradía de la Santa Vera Cruz.
A esta agrupación, que tenía su sede en el Convento de San Francisco (donde ahora se encuentra el hospital de La Rioja), la siguió, poco tiempo después, la de la Soledad. Ambas participaron en las primeras procesiones modernas que vio la ciudad, fechadas a finales del siglo XVI y muy similares en cuanto a recorrido a las de los tiempos actuales.
Paso de La Borriquita.
De esa época ya lejana datan también algunos de los impresionantes pasos que, aún hoy, son llevados por las calles de Logroño. Se trata de los de la Magdalena y el Santo Cristo de las Ánimas, este último obra del prestigioso Arnao de Bruselas, responsable también del fascinante retablo de Santa María de Palacio.
Un poco más recientes son los pasos del Santo Sepulcro, la Virgen de la Soledad y la Virgen de los Dolores, esculpidos todos ellos en la década de 1690. Destaca especialmente el primero de ellos, uno de los más venerados y de mejor calidad, así como de mayor tamaño.
El paso del Santo Sepulcro, que cada Miércoles Santo es despojado de su gigantesca urna para ser lavado y venerado en Santa María la Redonda, pesa más de 3.000 kg y requiere la fuerza de 48 portadores para ser movido.
Un esfuerzo de estas proporciones demuestra el compromiso de la ciudadanía con una tradición que implica a grandes y pequeños, una festividad viva que no para de reinventarse y evolucionar. Por eso, no es de extrañar que algunos de los pasos más queridos por los logroñeses pertenezcan a los siglos XX y XXI.
Como, por ejemplo, el del Jesús Cautivo, estrenado en 2007, o el del Stabat Mater, que empezó sus andanzas en el 2006. Un poco anterior es La Borriquita, la preferida de todos los niños de la ciudad desde 1947, una circunstancia a la cual ayuda, sin lugar a duda, el hecho de que sea la menos dramática de las escenas que se muestran durante estos días.
Es con ella, protagonista de la procesión del Domingo de Ramos, que comienza la Semana Santa en Logroño, una celebración que no sería lo mismo de no ser por la Hermandad de la Pasión y el Santo Entierro, paraguas bajo el cual se agrupan las once cofradías de la ciudad: Entrada, Flagelación, Santa Cruz, Magdalena, Nazareno, Siete Palabras, Ánimas. Descendimiento, Piedad, Santo Sepulcro y Soledad.
Cada una con su hábito diferenciado y su historia particular – algunas tienen más de un siglo de vida y otras apenas tres décadas – todas ellas merecen ser reconocidas como lo que son, es decir, la columna vertebral de una fiesta donde cultura, tradición y fe se mezclan para transformar Logroño, una vez más, en un lugar de interés.
Para conocer el recorrido y horarios de todas las procesiones, así como todas las actividades paralelas, visita la web www.hermandadcofradiaslogrono.org o consulta la agenda procesiones.