Entre castaños y plátanos de gran tamaño se levanta el edificio del Instituto Sagasta, alrededor del cual se suceden los parterres, sendas y espacios estanciales que componen la Glorieta del Doctor Zubía.
Situada en el centro del casco urbano, prácticamente conectada por una de sus esquinas con el Paseo del Espolón, esta plaza ocupa uno de los lugares con mayor historia de la ciudad.
En lo que fue paseo extramuros y próximo al antiguo convento de Carmelitas, los jardines de lo que hoy es la Glorieta fueron fuente de estudio para don Ildefonso Zubía, insigne catedrático de Historia Natural que daría nombre a estos jardines desde 1899.
En la zona más próxima a El Espolón destaca una singular pérgola y tres fuentes con figuras ornamentales.
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