El Parque de San Miguel de Logroño es fruto de los esfuerzos realizados por la ciudad para fomentar la desconcentración urbana y la accesibilidad peatonal en el último cuarto del siglo XX. Se intentó compensar la tendencia de crecimiento hacia el sur, planteando sectores residenciales en otras direcciones.
El Ebro cobró un nuevo protagonismo como eje verde, complementado por otros parques, como La Grajera. Se recondujo la industria a la zona más adecuada, el este, sustituyéndola por vivienda en los antiguos polígonos. Los retos siguientes fueron la superación de las barreras formadas por el ferrocarril y el Ebro, con el soterramiento de la estación y el crecimiento residencial en la orilla izquierda.
Una de las últimas mejoras introducidas en el parque ha sido la instalación de un oasis de mariposas en 2021, situado junto a la escultura de una mariposa que se encuentra en el estanque de patos.