La Reja Dorada
Ruavieja fue una vía importante para la producción de vino desde la Edad Media hasta el siglo XIX.
En la calle Cerrada, el general Espartero tuvo dos propiedades con bodega, el número 7 y 13, que cedió al coronel Luciano Murrieta (futuro Marqués de Murrieta) para elaborar sus vinos. En 1870, trasladó la bodega a la finca Ygay, situada en las afueras de Logroño.
En el número 19 de Ruavieja, está también situada una propiedad de la esposa del general, Jacinta Martínez de Sicilia, que disponía de bodega: La Reja Dorada. Se trata de una casa del siglo XVI, que cuenta con un gran calado de sillería formando bóveda de cañón y sin arcos fajones.
La vivienda se articula en tres alturas, la inferior en sillería de piedra a la que se abren dos puertas adinteladas, este es el espacio que se dedicaba a la venta de vino, y donde se guardaban los aperos de labranza. Los dos pisos superiores tenían la función de vivienda y se rematan con un alero curvo.
Pasión por el vino
Se cuenta que el día de su boda se tendió una gran alfombra roja que iba desde aquí hasta la Concatedral de la Redonda.
El Marqués de Murrieta, amigo de la pareja, habitaría después este inmueble en el que se dedicaría a su gran pasión, la del mundo del vino, experimentando con las barricas de madera para hacer la crianza de los vinos.
La casa es de propiedad privada. Hasta hace algunos años se mantuvo aquí un famoso restaurante que llevaba también el nombre de la bodega antigua: La Reja Dorada.