El Espolón de Logroño
El Paseo del Príncipe de Vergara, conocido familiarmente como Paseo del Espolón, es la plaza más emblemática de Logroño.
Los bellos jardines que disfrutamos hoy comenzaron a gestarse a mediados del siglo XVIII y constituyen una de las zonas verdes más importantes del centro de Logroño. Destacan entre sus elementos ornamentales más representativos el famoso monumento al General Espartero, La Concha del Auditorio y el monumento Homenaje a las Víctimas del Terrorismo, obra del escultor vasco Agustín Ibarrola.
Historia de El Espolón de Logroño
La plaza más emblemática de la ciudad comenzó a configurarse en 1757 como paseo público fuera de las murallas que protegían la ciudad. En 1809 fue ampliado en terrenos de huerta pertenecientes al Seminario, ubicado por aquel entonces en lo que hoy es la Delegación del Gobierno.
El llamado Paseo de las Delicias o Paseo Extramuros se denominó luego Paseo de los Reyes, tras su remodelación en 1856, cuando se decidió colocar seis estatuas de piedra que representaban a otros tantos monarcas, esculturas regaladas a la ciudad por el General Espartero. Estas estatuas permanecerían en el paseo hasta la proclamación de la Segunda República, en 1931.
Como resultado de la construcción del monumento al General Espartero se determinó nombrarlo Paseo del Príncipe de Vergara, denominación que ha permanecido hasta nuestros días.
En el siglo XX, el Espolón sufrió dos importantes remodelaciones, una en los años 40 y 50 —durante la cual se incorporaron elementos tan singulares como La Rosaleda, con los estanques de las ranitas; la Concha o la gran fuente central que adorna la estatua ecuestre de Espartero— y otra reciente, en 1998, en la que se peatonalizó una de las calles adyacentes y se dotó el paseo de mayor superficie verde e iluminación, además de acometer las necesarias obras de saneamiento y renovación del pavimento.
Monumento a Espartero
El elemento más reconocido de esta plaza es la estatua ecuestre del General Espartero, que aún sigue erguida en el centro del Espolón. Fue obra del arquitecto Luis y Tomás y realizada materialmente por el escultor Pablo Gibert.
Su construcción se dilató durante años, fundamentalmente por problemas de financiación, hasta que finalmente fue inaugurada en 1872.
La estatua y los cuatro leones que completan el conjunto monumental fueron fundidos con bronce procedente de cañones. La fuente que en estos momentos rodea a la estatua ecuestre fue construida a principios de los años 60.
La Concha de El Espolón
Este auditorium vino a ocupar en 1954 el lugar del antiguo kiosco de la música, obra del arquitecto Luis Barrón. Se construyó a modo de concha, siguiendo el modelo de otra que se había instalado poco tiempo antes en la ciudad norteamericana de San Francisco.
Los motivos decorativos que luce La Concha en su parte más alta son obra del escultor Lucarini, autor también de las ranitas instaladas en los estanques de la Rosaleda.
La parte trasera de la Concha, a modo de pérgola, fue ocupada durante años por varios comercios de gran tradición en la ciudad y también fue utilizada como Oficina de Turismo.