Iglesia de Santiago El Real
El templo de Santiago El Real se alza en el Casco Antiguo logroñés, en la calle Barriocepo, junto a la Plaza y a la fuente del mismo nombre, dedicadas al recuerdo del Camino de Santiago y al descanso de los peregrinos.
Aunque algunos historiadores recogen noticia del emplazamiento en este lugar de templos anteriores, la actual iglesia de Santiago El Real se comenzó a construir a principios del siglo XVI y fue terminada posteriormente por el cantero Pedro de Urruzono.
La iglesia de Santiago ha estado muy vinculada al concejo logroñés: al parecer, en este templo se reunieron los representantes de la ciudad para tomar las decisiones necesarias para afrontar el asedio de 1521.
En el interior de la iglesia estuvo el lugar en el que se recogían los documentos más importantes de los que era propietario el Ayuntamiento. Su emplazamiento estaba en el hueco practicado en uno de los paños que conforman la capilla mayor. Bajo su reja figura la inscripción: «Este es el archivo de la muy noble y muy leal ciudad de Logroño».
Al costado de la iglesia se puede disfrutar de la Plaza de Santiago, un espacio singular frente al Parque del Ebro, en cuyo pavimento se ha encastrado un singular Juego de la Oca gigante con motivos jacobeos. A un lado de esta plaza se yergue la Fuente del Peregrino, recuerdo de otra más antigua que el Ayuntamiento rehabilitó en los años ochenta.
Estructura del templo
El edificio fue construido en una sola nave, capillas entre los contrafuertes, transepto y cabecera ochavada de cinco paños con cripta. Se cubre con bóvedas estrelladas, de terceletes y de crucería. En el último tercio del siglo XVII, se prolongó el tramo de los pies con tres capillas, situando en el centro el coro bajo cerrado por una gran reja. Al sur, se levanta la torre campanario, de cinco cuerpos, construida entre 1560 y 1570. Remataba con un chapitel, que fue desmontado en 1902 por su excesivo peso.
A la derecha de la torre se sitúa la portada, realizada entre 1654 y 1662 con un diseño a modo de arco triunfal. Este arco cobija un retablo de dos cuerpos. En el primero se abre el acceso a la iglesia y en el segundo se encuentra la escultura de Santiago Peregrino.
Corona la fachada un grupo escultórico del apóstol a caballo fechado en 1663, bajo un gran arco de medio punto construido en 1737 con el fin de resguardarlo de las inclemencias del tiempo. Sobresale en la fachada un cuerpo que alberga la sacristía y la sala capitular. Ésta última, cuya construcción se contrata en 1686, ocupa parte del antiguo cementerio de la parroquia.
En su interior, llama la atención el retablo mayor (1649—post. 1656), con escenas de la vida del apóstol (Santiago a caballo ante el obispo Esteban de Coimbra; su degollación; la traslación del arca con sus restos a Galicia; Santiago en la batalla de Clavijo y la aparición de la Virgen del Pilar al Santo, entre otras).
En la calle central del segundo cuerpo se sitúa la imagen de Santiago Peregrino, titular del retablo, obra gótica de la segunda mitad del siglo XIV. En el ático, formando parte del Calvario, Cristo crucificado, románico del comienzo del XIII.
A la derecha del retablo, puede observarse el lugar que albergó el archivo de la ciudad. Se trata de un espacio cerrado con una reja de la primera mitad del siglo XVI y decorado con escudos policromados de Logroño. En él se custodiaban los documentos más importantes para el concejo, que en esta época ocupaba una casa junto a la iglesia y además mantenía una estrecha vinculación con su cabildo.
Imagen de la patrona de Logroño
En la capilla de Santa Elena, sobre la puerta de la sacristía, se encuentran los bustos orantes de tamaño natural de Juan y Miguel de Espinosa y entre ambos el escudo de armas de la familia (1666). En la siguiente capilla, titulada de San Gregorio, destaca la imagen de la Virgen de la Esperanza, patrona y alcaldesa mayor de Logroño, a quien la ciudad se encomendó durante el asedio francés de 1521. Es una talla gótica del siglo XIV, muy rehecha.
En el lado del Evangelio (izquierda), la última capilla está dedicada a Santa Catalina. Conserva los sepulcros yacentes del maestro Diego de la Estrella y su mujer María de Cabredo, manieristas de hacia 1570. Sobre ellos un gran lienzo barroco de la Exaltación de la Orden de los Trinitarios de finales del siglo XVII, tal vez procedente del desaparecido convento de la Trinidad.
En la capilla de San Pablo, situada en el crucero, hay una imagen procesional de Jesús Nazareno, realizada por el escultor local Alejandro Narvaiza en 1969. La capilla de la Virgen de la Esperanza hoy alberga un templete barroco de la primera mitad del siglo XVIII, rematado con imagen de San Miguel. Fue construido con el fin de exponer en él la imagen de esta Virgen, aunque hoy cobija el sagrario.
A los pies, el coro se amuebla con una sillería clasicista de 25 asientos altos y 18 bajos realizada a mediados del siglo XVII, y sobre ella un órgano rococó del segundo tercio del siglo XVIII.